Tradición italiana desde 1905

En los años ‘20, Gennaro Fabbri abrió la primera fábrica en Bolonia y la producción se amplió para crear deliciosos almíbares, con y sin alcohol. Así nació el producto más famoso: “Cerezas en almíbar” (Marena con fruto), inspirado en la receta de su esposa Rachele Buriani, al que siguieron los almíbares de menta, de granadina y el famoso Amarena Fabbri.

Los años ‘30 marcan el nacimiento de las Cerezas al Licor y la ampliación de la gama con las Confituras, única producción permitida durante el difícil periodo bélico. Los hijos Romeo y Aldo participan cada vez más activamente en el desarrollo de la empresa familiar hasta que, en 1933, se cambia el nombre original por el de “Compañía G. Fabbri di Aldo e Romeo Fabbri”.

Nacen los primeros productos semielaborados para el helado artesanal. Gennaro compra el Bar Central de Bolonia, situado en pleno centro de la ciudad, frente a la “Sala Borsa”, centro de negocios. Sus hijos lo transformaron en un elegante local para degustar los productos Fabbri. El bar permanecía abierto las 24 horas del día, una deferencia única para aquellos tiempos, convirtiéndose en el lugar de encuentro de los hombres de negocios, jóvenes y la alta burguesía de la ciudad, donde se podían degustar licores, almíbares y helados creados con productos semielaborados Fabbri 1905.

Durante los años de la posguerra y la recuperación económica, la empresa se transforma en la sociedad anónima “G. Fabbri SpA”. Corría el año 1947 y la iniciativa de los nietos del fundador, Fabio y Giorgio, impulsó la producción de licores y, por supuesto, de productos tradicionales como la Amarena Fabbri y los Almíbares de Frutas.

Una vez más, la intuición de la familia Fabbri se adelanta a su tiempo. Se crean verdaderos "talleres escuela” itinerantes: furgonetas equipadas para mostrar a los heladeros y pasteleros cómo elaborar un buen helado artesanal, utilizando los semielaborados Fabbri. Una estrategia de marketing absolutamente innovadora: viajando por toda Italia, las furgonetas difundían la imagen de la empresa.

Siempre un paso adelante, Fabbri fue uno de los primeros protagonistas del mundialmente famoso Carosello, el programa de televisión que, a partir de 1957, acompañó a varias generaciones de adultos y niños. Las divertidas aventuras de “Salomón, el pirata gordinflón”, el dibujo animado creado por Fabbri, aún permanecen en la memoria de millones de italianos. Incluso tras el cierre de Carosello, Fabbri siguió invirtiendo en el medio televisivo y confiando su imagen publicitaria a directores famosos.

Fabbri 1905 está dirigida por la cuarta generación de la familia. Los bisnietos del fundador - Andrea, Nicola, Paolo y Umberto - están al frente de una empresa con 250 empleados, 17 líneas de productos y 23 líneas de envasado. Un holding familiar que distribuye 1.200 productos en más de 100 Países.

A medida que la marca se afianzaba, gracias a la publicidad, Fabbri proseguía su labor de diversificación de la producción. Así nacieron productos para bares: Mixybar y, unos años más tarde, MixyFruit, concentrados de frutas para cócteles, a los que pronto se sumó una línea de productos para aromatizar café, chocolate, capuchinos y té.

Con una marca sinónimo de calidad, Fabbri conquistó el mercado extranjero con productos tradicionales y siempre dispuesta a asumir nuevos desafíos. La estrategia se encamina en dos direcciones: por un lado, la búsqueda de socios capaces de distribuir los productos Fabbri y, por otro, la inversión directa para crear empresas extranjeras controladas por la familia Fabbri. La tradición y la pasión siguen siendo ingredientes fundamentales para Fabbri.

La quinta generación ya se ha incorporado a la empresa, poniéndose al servicio de un gran proyecto que tiene como bandera la investigación continua de la innovación, sin abandonar su fuerte relación con la tradición. En la actualidad, la empresa opera en cuatro mercados principales.

Junto a las numerosas propuestas dirigidas al consumidor final, Fabbri ofrece soluciones y productos de alto valor agregado a los profesionales del mundo del helado y la pastelería artesanales, a los barman italianos e internacionales y a los maestros pasteleros en Italia y el mundo.

Amarena Fabbri y su jarrón, una formidable combinación de sabor italiano que ha sabido hacerse un nombre en todo el mundo, cumple 100 años. Se han creado varios eventos para celebrar este momento: una edición especial, exclusivamente femenina, del Premio Fabbri de Arte y una iniciativa social “Historias de Amarena” que recoge los sentimientos del público en general por las cerezas Fabbri Amarena.

Estas iniciativas, muy diferentes entre sí, muestran cómo este producto ha dejado una profunda huella en el imaginario colectivo de la gente, siendo al mismo tiempo una metáfora incluso para el mundo del arte.

De este modo, el jarrón de Amarena Fabbri se ha convertido realmente en un ícono, de estilo y sabor.